Blog

VUELTA AL COLE

El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos publica errores comunes y una variedad de consejos básicos para facilitar a los padres la buena elección del calzado en la vuelta al cole de sus hijos.

Un error muy común y generalizado de los padres, a la hora de comprar el calzado de los hijos al comienzo del curso escolar, es el de hacerlo en una talla inadecuada, es decir,  uno o dos números mayores  "para que le valga toda la temporada escolar".

También es habitual, que se compartan o hereden los zapatos de familiares o amigos.

Con el paso del tiempo, no se suele prestar atención al desgaste del calzado ni al crecimiento del pie. Hay que observar el calzado por si surgen aristas o se acumula suciedad que puedan dañar.

Todo esto, altera la forma natural y habitual de caminar, crea inestabilidad y cambia la forma de la pisada, pudiendo provocar dolorosas ampollas, laceraciones o uñeros, deformaciones y complicaciones musculares.

Además, otro factor que hay que tener en cuenta son los materiales con los que está fabricado el calzado ya que los materiales sintéticos pueden ocasionar eccemas o dermatitis.

Muchas veces, nos dejamos influenciar por las modas o por el precio, descuidando lo verdaderamente importante, que es el escoger un modelo que se adapte a las necesidades motrices, que permita el correcto desarrollo del pie y del aparato locomotor, que no impida la libertad de los movimientos naturales del pie y que respete su fisiología y biomecánica.

Al respecto, el Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos no nos recomienda el uso de las manoletinas o bailarinas, ni los zapatos con plataforma, tampoco las deportivas con ruedines.

Otra recomendación importante que nos propone, es la de que los zapatos y zapatillas solo deben utilizarse unas horas al día, y en el hogar utilizar un calcetín antideslizante o zapatilla de casa, si no existe ninguna contraindicación especial para ello.

Para las actividades deportivas debemos utilizar el calzado específico de dicha actividad y solo para ella. Y en el caso de ser actividades que se realizan descalzos, utilizar escarpines para evitar el contagio de papilomas plantares.

La pregunta que surge en este momento es, ¿cómo elegir la talla y el calzado adecuado?

Algunas instrucciones que nos da Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos, para la elección adecuada de la talla y para medir el pie y el interior del zapato, son las siguientes:

  • La mayoría de zapatos presentan una palmilla interior que se puede sacar en la que está dibujada la parte posterior del pie y una marca del lugar donde deben terminar los dedos. Esta es la forma más fácil de valorarlo.
  • Si no la incluye, hay que poner un folio en el suelo, hacer pisar al niño con el pie descalzo, poniéndose de puntillas y luego bajando. Se marca con un lápiz en la punta de los dedos (en el dedo más largo que puede ser el gordo o el segundo) y en el talón. Se mide con una regla. Esta medición se hace con ambos pies porque siempre tenemos un pie un poco más grande que otro. A la medida del pie mayor hay que sumarle 1 cm. Hay que llevar a la zapatería un metro que podamos introducir dentro del zapato para comprobar que la medida es correcta.
  • En la zapatería, el niño debe probarse el calzado con los calcetines puestos y, si lleva tratamiento ortopédico, con las plantillas. Es recomendable que se ponga de pie y se pruebe ambos zapatos a la vez, porque los dos pies no son iguales y para que cargue su peso sobre los dos pies.
  • El mejor momento para medir el pie en casa y probar el calzado es al final del día.
  • El truco tradicional de introducir el dedo entre el talón y el pie no es suficientemente riguroso porque dentro del zapato el niño puede estar encogiendo los dedos y no podemos observarlo.

En la elección del tipo y forma de calzado, nos indica:

  • Es conveniente proteger la parte de los maleolos (los huesos laterales del tobillo) pero con una protección suficientemente flexible para permitir el movimiento completo de la articulación del tobillo sin limitarla movilidad del pie y su desarrollo natural.
  • En la zona de los dedos, el zapato tiene que proteger al pie sin comprimirlo. Debe ser suficientemente ancho por delante para permitir a los dedos abrirse y moverse con libertad. La protección de puntera solo se aconseja para el gateo de los preandantes.
  • El zapato tiene que ser de un material natural, como piel o algodón, para facilitar la transpiración.
  • Es importante palpar el calzado por dentro, sobre todo en el talón, para asegurar que no tiene ninguna costura que pueda dañar el pie.
  • La suela no debe ser demasiado fina sino tener cierto grosor y ser antideslizante. No debe ser ni muy rígida ni demasiado flexible. Una suela de goma con la misma flexibilidad natural del pie.
  • La horma debe ser recta, de modo que cuando miremos los zapatos, la forma de la suela no debe hacer curva hacia dentro del pie porque podría alterar la marcha y crear deformidades. Es la forma de favorecer el equilibrio y salvaguardar las piernas y la espalda.
  • Los zapatos de los niños deben ser totalmente planos. No deben llevar tacón porque altera la longitud normal de la musculatura posterior, altera el centro de gravedad y la postura.
  • Es importante que tengan algún medio de sujeción, como cordones o velcro para sujetar bien el pie y evitar movimientos excesivos adelante y atrás o lateralizados.
  • Las chanclas, zuecos, mocasines o bailarinas no son recomendables porque la percepción de que el zapato se sale a cada paso obliga a los dedos a hacer un trabajo extra de "agarre" y que el pie quede correctamente sujeto.

En el cuidado y aseo de los pies, debemos lavarlos a diario y secarlos con cuidado, sobre todo entre los dedos. Hay que controlar la temperatura del agua, que no sea superior a 37 grados para evitar quemaduras. Las uñas deben cortarse rectas y para la sequedad excesiva, puede usarse aceites y cremas lubricantes.

Otra pregunta habitual que se hacen los padres es la de a qué edad es recomendable acudir por primera vez al podólogo. Si no existen problemas ni complicaciones anteriores, a los tres años es lo recomendable y luego realizar revisiones una vez al año, sobre todo en el inicio curso.

Para más información http://www.cgcop.es/index.php/noticias/58-vuelta-al-cole

Desarrollo web: Wit Solutions